Escrito basado en el texto "La Ética en los contenidos mediáticos"
El
gobierno, tiene una función informativa, que garantiza a toda
persona la libertad de expresar y difundir su pensamiento y
opiniones, así mismo como la de informar y recibir información;
esta función es pública y se presta igualmente como un servicio
público, es decir, es un deber que le corresponde garantizarlo al
gobierno (al menos en Colombia), pero que delega en particulares, o
sea, en terceras personas que manejan la información.
La
actividad informativa que está a cargo de los particulares, debe ser
prestada por personas cualificadas para realizar dicha labor, pues la
información desde sus principios debe ser veraz, imparcial y
oportuna, como lo expresa el Artículo 20 de la Constitución
Política de Colombia. Está información debe cumplir las
características mencionadas anteriormente, pues, esto implica que el
individuo sea parte de la realización del Estado Social de Derecho,
que sea democrático, participativo y pluralista, ya que una sociedad
que está bien informada sobre lo que acontece en su diario vivir, es
una sociedad capaz de tomar decisiones y que puede llevar a cabo la
realización de sus integrantes como individuos dentro de una
sociedad.
Teniendo
en claro la función informativa y los principios que rigen la
libertad de expresión en nuestro país, y según lo que se da a
entender en el texto “La Ética en los contenidos mediáticos”,
escrito por Ana Cristina Aristizabal Uribe, los comunicadores o
sujetos cualificados están haciendo que la información en los
medios masivos de comunicación deje de ser un servicio que se presta
al interés público que busca formar e informar a la personas, para
llegar a convertirse en un poder que se está enfocando casi
exclusivamente en la función de entretenimiento de los medios, donde
la desinformación y la manipulación informativa son constantes.
Los
medios masivos, como la radio, la prensa, la televisión, la
Internet, entre otros, son en su conjunto el denominado “cuarto
poder”, donde los medios no se limitan a reflejar la opinión
pública, sino que puede crear esa misma opinión pública,
manipulando la información que los individuos reciben y generando en
ellos intereses que influyen de manera indirecta y sutil, que
pretenden transformar al hombre sin atacar directamente su voluntad o
su libertad. Aquí en ocasiones se trata al espectador como una masa,
a quien se le habla con un lenguaje sencillo, informal y apoyándose
en discursos con abundantes ejemplos, anécdotas y humor, tomando al
mismo como una masa despersonalizada aprovechándose del mismo para
dirigirlo en beneficio de su búsqueda de poder.
En
el mundo que estamos, dominado por las grandes multinacionales y los
monopolios que manejan los medios de comunicación, se empieza a
notar como estas, dejan a un lado el carácter social de la
comunicación, en la que la persona es el principio y fin de los
contenidos, y se llega a lo que se conoce como “la cosificación de
las personas”; que consiste, en convertir a las personas en cosas y
al no tratarlas conforme a la dignidad que merece el ser humano pasan
a convertirse en un medio, que solo es valorado en términos de
utilidad.
Para
volver a los comienzos y darle a la persona el lugar que se merece en
los medios, aparece el personalismo, una corriente filosófica que
pone el énfasis en la persona y considera al hombre como un ser
subsistente y autónomo, esencialmente social y comunitario, es
decir, un ser libre, trascendente y con un valor en sí mismo que le
impide convertirse en un objeto como tal. Un ser moral, capaz de
definirse a sí mismo considerando siempre la naturaleza que le
determina. Esta corriente tiene un defensor, exponente y fundador
llamado Emmanuel Mounier, que aunque para el momento de su muerte,
éste no se había percatado que el personalismo debería ser tomado
como parte no solo de la economía, la política, la cultura y demás,
sino también involucrar a los medios de comunicación, pues ellos
son los encargados de mantener informada a la sociedad. Aquí el
concepto de persona, toma una vital importancia, ya que dependiendo
de lo que los medios crean o piensen que es una persona, los mismos,
actuarán para tratarla como piensan en sus contenidos.
Al
contrario de la convicción que tenía Marx de que el hombre es
unicamente cuerpo, Mounier, cree en que la persona es una unidad
entre cuerpo y espíritu, y esto se ve reflejado en sus
planteamientos para desarrollar una sociedad personalista, donde es
claramente importante la empatía, el desinterés y la fidelidad
hacia la propia persona. Este planteamiento, sirve como base para que
los medios masivos, y quienes hacen parte de la cadena de producción
en los medios, tomen conciencia acerca del poder que tienen, y de
cómo influencian los mismos en la vida de las personas, pues, sus
contenidos pueden repercutir negativa o positivamente entre los
miembros de una sociedad y esto se ve reflejado en los constructos
que tienen sobre lo que es una persona quienes se ven influenciados
por los medios.
Ahora
bien, el personalismo debe tenerse en cuenta, pues las personas somos
fines y nunca medios, es por esto que las profesiones, instituciones
e incluso el estado debe tener como fin último a la persona, para
garantizarle una calidad de vida en el mundo de su existencia.
Cada
vez es más común ver pantallas o dispositivos que mantienen a las
personas en contacto con el mundo; un accidente en otra parte del
mundo es llevado a nosotros por los medios de comunicación en
cuestión de segundos. Estamos conectados todo el tiempo a lo que
pasa a nuestro alrededor, pero, así mismo como los medios informan
y nos acompañan casi que las 24 horas del día, también es claro
que una de sus funciones es entretenernos, y allí es donde nos vemos
reflejados, el personalismo trata al hombre como un ser consciente de
que es parte de un todo, es decir, que desarrolla plenamente sus
potencialidades en comunidad, y lo que vea dicha persona en los
medios va a influir en las creencias u opiniones que cada persona se
va generando en su mente acerca de lo que es una sociedad de cómo
nos estamos formando como ciudadanos. Ésto debe iniciar desde la
primera infancia, allí es donde en el niño empieza a crear su
personalidad, su autoestima, y su autoimagen, a comprender los
valores que rigen una sociedad, y a entender que hace parte de un
mundo, del cual él responsable y en el que se pueda sentir libre.
El
entorno en el cual los niños de nuestro tiempo se mueven, está
rodeado por medios de comunicación, y de este entorno el niño
comprenderá en parte cómo funciona una sociedad, con jerarquías
sociales, culturales y políticas que forman en su cabeza el cómo
debe comportarse, a quién debe seguir y cual es su pensamiento. Por
esto es importante que la educación siempre tenga un espacio en los
medios, pues éstos, son formadores de ciudadanos.
Los
medios deben generar contenidos que aboguen por la promoción de
comportamientos éticos en las personas, desde su infancia hasta su
adultez y madurez, dejando a un lado la objetivización de las
mismas y teniendo en cuenta que como lo dice el texto, el ser humano
“no sólo es un cuerpo biológico, no sólo es una mente que
piensa, no sólo es un espíritu que trasciende, no sólo es un alma
que siente” es gracias a estas posibilidades que el hombre se
convierte en una persona que gracias a sus experiencias y vivencias
puede hallar su vocación, por eso es importante que los medios
presenten contenidos en donde se recalque la importancia del
crecimiento personal, la educación, y el logro de metas, teniendo en
cuenta que la sociedad está conformada por todas las personas, y
que YO hago parte de la misma, para inculcarles que todo crecimiento
debe estar centrado en el carácter comunitario de la persona, y que
sin el otro yo jamás podré existir.
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